Se llama Michele Bisaillon. Tiene 29 años, es fotógrafa y cuida niños. Pero lo realmente interesante acerca de esta artista de Silicon Valley es su cuenta de Instagram y sus originales selfies.
Su primer contacto con la fotografía fue con una cámara de Barbie que le regaló su madre cuando tenía cinco años. Le encantaba hacer fotos de paisajes y objetos, pero nunca salían como ella realmente quería. Eso le hizo querer descubrir el funcionamiento adecuado de una cámara e interesarse por el mundo de la fotografía.
La razón por la que se hace autorretratos es simplemente porque es la persona que está más a su alcance. No siempre planea las fotos con antelación, por lo que es más fácil ser su propia modelo cuando llega el momento de inspiración y así puede tomarse su tiempo sin presiones.
Juega con las perspectivas y utiliza espejos, muchos espejos, de diferentes formas y colores. De esta manera muestra fragmentos de sí misma y de su propio cuerpo desde diferentes ángulos consiguiendo fotografías únicas y auténticas a la par que íntimas. Y ese es el objetivo de Michele, que el espectador la vea exactamente como ella se ve a sí misma… y a su gato Peach, su musa, que también aparece mucho.
Pero sobre todo lanzar un mensaje de empoderamiento a todas las mujeres, para que amen sus cuerpos sin editarlos con ropa, maquillaje o photoshop y para que los disfruten tal y como son.
Aunque considera que el problema no está en la ropa o el maquillaje, ya que de esa manera nos representamos a nosotros mismos. El problema está en querer encajar en un estándar imposible basado en la alteración desmedida de la realidad en las imágenes que los medios y las empresas muestran de la mujer. Algo que solo genera odio y rechazo hacia nosotras mismas por no poder alcanzar ese estándar. Hay que encontrar la manera de sentirse a gusto sin necesidad de crear una versión falsa que no se corresponde con lo que realmente somos.
En su caso no tiene ningún reparo en utilizar el rosa y los tonos pastel en sus fotografías, a pesar de que suelen estar asociados a estereotipos de género. Para ella lo importante es ser fiel a una misma sin avergonzarte por ello. Se puede ser femenina y ser feminista. El feminismo trata de creer y luchar por la igualdad, no de colores o tipos de ropa.
Michele reivindica el feminismo explotando y mostrándonos su belleza a través de la creatividad y la fotografía, sus pasiones. Pero también nos invita a través de sus espejos a mirar el mundo desde otras perspectivas que no sea solo la propia, para ampliar nuestro punto de vista y entender mejor la realidad que nos rodea.
Diseñadora gráfica y culo inquieto de corazón. Cosas que necesito en mi vida: probar y aprender cosas nuevas, la música, mi piano, bailar, meditar, comer y subirme encima de una tabla de vez en cuando, ya sea mar, nieve o asfalto.